¿Cómo lidiar adecuadamente con la insubordinación de un empleado?

Como parte de un contrato de trabajo, CDD o CDI, el empleado está vinculado a su empleador por una relación de subordinación: la esencia misma del empleado, la subordinación caracteriza el contrato de trabajo, hasta cierto límite.

El empleado insubordinado se niega a someterse a la autoridad legítima de su empleador y elude deliberadamente su poder de gestión.

Comportamientos que pueden sancionarse

El empleado sólo debe observar obligatoriamente las directivas legítimas del empleador, en caso contrario, su comportamiento puede dar lugar a sanción. Por ejemplo :

  • El empleado se niega a respetar sus compromisos bajo una cláusula de movilidad, sin motivo legal legítimo.
  • El empleado no realiza las tareas que le impone su jerarquía aunque sean parte de sus obligaciones contractuales.
  • El empleado no cumple con su horario laboral.
  • La falta de respeto o el comportamiento abusivo también pueden caracterizar la insubordinación en el trabajo.

Ciertos comportamientos, aunque sean signos de desobediencia, no pueden ser sancionados. Este es el caso, en particular, cuando:

  • El empleado se niega a gestionar un asunto personal de su superior jerárquico.
  • El empleador impone asignaciones peligrosas o ilegales.
  • Un argumento que lleve al intercambio de palabras virulentas no constituye necesariamente un acto de insubordinación, el empleado conserva plena libertad de expresión a pesar de su contrato de trabajo.

Evalúe la situación y pregúntese

En caso de insubordinación, el empleador puede ser responsable. Demasiada presión sobre sus equipos, una mala comunicación de la información o incluso afinidades personales pueden perturbar a los empleados de la empresa, que responden con indisciplina. Sin embargo, es probable que esta interrupción cree un mal ambiente en el trabajo, lo que no beneficia a nadie.

Por lo tanto, es oportuno, antes de considerar soluciones formales para hacer frente a la insubordinación, comprender la situación. La oportunidad para que el empleador modifique efectivamente su comportamiento: adoptando una estrategia de calma de conflictos, favoreciendo una actitud conciliadora, se evitan muchos problemas.

Escuchar, cuestionar y ser capaz de cambiar son las grandes cualidades de un líder empresarial en este contexto, y resuelve las situaciones más tensas.

Advertir al empleado y tomar medidas disciplinarias.

A veces, los mejores esfuerzos y la buena fe del empleador no pueden hacer frente a la insubordinación. Si el empleado continúa desobedeciendo las órdenes de misión que caen dentro del alcance de sus habilidades y responsabilidades contractuales, el empleador no tiene otra opción que sancionar, de manera gradual.

      1. La advertencia informal puede constituir un 1 tiempo paso efectivo para calmar el conflicto. El empleador explica su descontento al trabajador sobre la base de sólidos argumentos y le muestra las posibles sanciones por no volver al trabajo de acuerdo con sus obligaciones. El empleado puede en esta ocasión tomar la medida de sus acciones, aprehender las consecuencias y optar por detener su comportamiento rebelde.
      2. Carta de advertencia o reprimenda por insubordinación formalizar la sanción disciplinaria.

Nota: otras sanciones disciplinarias intermedias (despido, traslado, descenso, etc.) pueden considerarse en estricto cumplimiento del procedimiento legal.

Despido, la respuesta definitiva para lidiar con la insubordinación

Cuando la indisciplina persiste a pesar de todas las medidas anteriores, la situación no puede continuar indefinidamente. Los actos de insubordinación corren el riesgo de perturbar la organización. En cualquier caso, ni el empleador ni el empleado pueden estar satisfechos con una atmósfera tensa en el trabajo. El castigo máximo por lidiar con la insubordinación: el despido.

La desobediencia reiterada puede constituir una falta que justifique el despido por motivos personales. La jurisprudencia, caso por caso, evalúa la gravedad de la insubordinación para caracterizar una falta simple, una falta grave o una falta grave.

  • los simple falla es el 1 er grado de culpa.
  • los falta grave impide que el empleado permanezca en la empresa. La insubordinación, por regla general, justifica el despido por falta grave. En este caso, el empleado está privado de su indemnización por despido y su compensación por preaviso.
  • los falta grave es una falta grave con la intención de dañar al empleador. Privado de compensación, el empleado también corre el riesgo de que se le ordene pagar daños y perjuicios.

Es fundamental que el empleador caracterice debidamente la falta del trabajador insubordinado, constituya cualquier prueba útil para justificar la medida y aplique el correspondiente procedimiento de despido. De lo contrario, corre el riesgo de ser recalificado en despido improcedente sin causa real y grave.

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