Gestionar a un empleado es un arte que se puede aprender y un talento que se desarrolla. La crisis económica y la escasez de puestos de trabajo han reforzado la directividad. Sin embargo, un empleado tranquilo produce un mejor trabajo y viene con placer a la compañía.
Gestionar de forma benévola no significa decir sí a todo e ir sistemáticamente en la dirección del empleado. Por el contrario, el gerente benévolo será el que sepa hacer crecer a sus empleados para que se desarrollen y progresen. Una de las principales tareas del gerente es arreglar y sujetar el marco. A continuación, se ofrecen algunas ideas para tomar medidas eficaces con sus empleados.
Arreglar el marco
Dar sentido y enmarcar las misiones de su gestión y su servicio son las claves del éxito. El gerente que sabe cómo establecer el marco se ocupa de sus empleados y les permite estar seguros. Si los temas son claros y concretos, si se definen en objetivos cualitativos y cuantitativos que sean medibles y controlables, el empleado comprenderá el significado de lo que está haciendo, sabrá hacia dónde se dirige y podrá medir sus propios éxitos. y definir sus márgenes de progreso. El gerente benévolo es aquel que sabe mostrar el camino y apoyar a sus empleados en este camino.
Evitar: “Tenemos la impresión de que nuestro gerente está conduciendo un auto, vemos que nos vamos a chocar contra la pared y él no se da cuenta. "
Confiar
Saber reconocer las fortalezas y valorar los éxitos reconociendo las cualidades del empleado. El administrador benévolo sabe confiar. Sin embargo, este último no excluye el control. Al permitir que el empleado asuma sus responsabilidades y sus elecciones, el gerente le da la oportunidad de aprender. Nadie es inmune a un error, incluso si el empleado falla la primera vez, el gerente lo confrontará positivamente al permitirle comprender su error y corregir su acción o comportamiento para evitar que vuelva a suceder.
Evitar: “Mi jefe solo ve lo que está mal, señala el más mínimo detalle mientras siempre está de espaldas. Realmente tengo la sensación de que no confía en mí ".
Usar y abusar de la comunicación
La comunicación personal es enemiga del gerente. Pensar que las cosas están claras y entendidas es un grave error de gestión. El gerente benévolo es aquel que sabe comunicarse en todo momento con sus equipos. La comunicación es particularmente importante en las fases iniciales. Al gravitar ampliamente, el gerente tiene en cuenta todas las opiniones. Se preocupa por el punto de vista de los demás y sabe escucharlos. A la hora de tomar una decisión, sabe asumirla y comunicarla en línea recta con sus equipos. Un gerente benevolente sabe cómo decirle que no a una situación, pero también sabe cómo decirle que sí a la persona y explicar sus posiciones.
Evite: "¡Siempre somos los últimos en estar informados en nuestro equipo, se da cuenta, son los clientes quienes nos explican nuestra nueva organización!" "
Combine altos estándares y confianza
Benevolente significa: "querer el bien". Es buscar lo más positivo en todos y querer avanzar y progresar en los demás y en uno mismo. La bondad es una ventaja; pero puede convertirse en diletantismo o en un consenso blando no productivo. Paradójicamente, la confianza requiere exigencia. El gerente debe confiar en su colaborador y en su equipo. La primera cualidad de un gerente es la ejemplaridad, antes de ser exigente con los demás, será exigente consigo mismo. Sin embargo, una demanda que no combina la forma de comunicación ni la confianza genera un estrés contraproducente.
Evite: "Nunca veo a mi jefe, ni siquiera sé si está contento con mi trabajo. Necesito que me diga lo que piensa de mí y de mis logros "