Esta realidad ideal, lamentablemente, no es una regla en todas las empresas. Para muchos todavía, este profesional asume el rol de gerente de personal. Sin duda, se está perdiendo las competencias de quien tiene una visión transversal real del ser humano dentro de la estructura y una experiencia que se expresa en misiones de valor añadido como la gestión de competencias, la formación, la contratación, la retribución …
Toda la dificultad para este trabajo es combinar precisión y rigor casi quirúrgico cuando se trata de misiones como gestión de nóminas y el espíritu de innovación para otras áreas de la función. Este es el caso, por ejemplo, de la contratación, en la que los métodos están en conflicto con las nuevas oportunidades y limitaciones creadas por la llegada de Internet y las redes sociales. Esto sin mencionar las cuestiones de marca de empleador donde el DRH debe convertirse en un verdadero "comercializador" para vender su negocio externamente a los ojos de los talentos potenciales.
En definitiva, en el momento de la integración de capital humano y responsabilidad social corporativa En cuanto a los criterios de desempeño, esta profesión está experimentando una verdadera transformación, que la lleva a participar activamente en las decisiones tomadas durante los comités de dirección.