Por cierto, ¿qué es un cambio? Es un contraste entre dos situaciones y el camino, el proceso que lleva de una a otra. El contraste entre dos visiones, dos objetivos, dos formas de operar.
¿Cómo definir el cambio?
Cambio. Cambiar. El cambio. Como cambiar euros por dólares, una letra de cambio o la frase "dar el cambio".
En venery "dar el cambio", es la astucia del animal por el que desvía a la manada en busca de otra bestia. "Darle a alguien el cambio" es hacer que tome una cosa por otra. De alguna manera intenta hacerlo tragar serpientes. "Aceptar el cambio" es dejarse engañar.
Todas estas son cosas que hay que dejar de lado a la hora de conducir, apoyar o experimentar el cambio de forma positiva y eficaz.
En mis experiencias he visto cambios anunciados y no seguidos por hechos; otras personas con información privilegiada y no se les dio seguimiento. En los dos casos, la gerencia perdió credibilidad y posteriormente fue más difícil llevar a cabo transformaciones dentro de estas organizaciones.
También conocemos la expresión "cambia de opinión como camisetas". También he visto organizaciones en las que los cambios de visión, rumbo, orientación, política, forma de operar habían sido tan frecuentes que empleados dóciles cumplían sin siquiera intentar entender el por qué y el cómo. En este tipo de organización, está claro que la implicación y la motivación parecen ser inversamente proporcionales al número de cambios.
En definitiva, para ganar en el intercambio hay que saber hacerlo. Cambie su tono: Sí, pero no con demasiada frecuencia y, obviamente, sabiamente según mis propias experiencias. En términos de cambio, como en muchas áreas, quien no se prepara se prepara para la quiebra.
Para visualizar un cambio, el primer paso esencial y necesario es centrarse en estos dos elementos intrínsecos a la idea misma de cambio: la situación de partida y la situación a alcanzar, el estado actual y el estado deseado.
Etapas de cambio
Inventario: situación actual - situación después del cambio
Este primer paso consiste en Estudie estos dos elementos en detalle. Si la idea es cambiar para alejarse de una situación que ya no conviene, es mejor empezar por estudiar el estado actual y viceversa si el proyecto de cambio está más bien inducido por la idea de avanzar hacia una situación que parecería más adecuado.
Cualquiera que sea el orden, estudiar, precisar, definir el estado deseado y el estado presente permite evitar dejar en a priori , ideas recibidas, pistas falsas y tienden hacia una situación realista. Generalmente para definir los dos estados, me aplico a recolectar y clasificar la información según los 6 niveles lógicos propuestos por Robert Dilts: el entorno (dónde, cuándo, con quién) los comportamientos (las acciones), las capacidades (las habilidades, talentos, cualidades), creencias y valores, identidades y significados.
Análisis de las diferencias y similitudes entre las 2 situaciones
El siguiente paso es analizar el contraste. Es decir comparar estos dos estados, estas dos situaciones : qué es similar y qué es diferente.
Este ejercicio comienza a dar una primera visión de cambio, de la brecha entre las dos situaciones, de la distancia a cubrir. Ayuda a evaluar la importancia del cambio y en qué nivel se encuentra. Este paso se completa con un análisis sistémico que consiste en evaluar cuáles son las consecuencias, directas e indirectas, sobre el sistema actual. Cuáles son los impactos colaterales. Aquí hay métodos y herramientas de tipo matriz que le permiten tener una visión completa de la situación.
Al final de estos dos primeros pasos, el objetivo es conocer el punto de partida y el punto final, saber cuáles son los beneficios, los intereses de cambiar y los problemas asociados con el cambio (las consecuencias). En algunos casos, en esta etapa se puede hacer la pregunta de PASAR / NO PASAR.
Trazando el camino para el cambio
Una vez que se investigan el estado actual, el estado deseado y el contraste, el tercer paso es analizar la ruta. Es decir el proceso, los diferentes pasos y los medios a implementar para pasar de la situación actual a la deseada.
Hay dos posibles enfoques: pronóstico y retroceso:
- los previsión consiste en partir de la situación actual y avanzar hacia la situación deseada.
- los retroceso consiste en partir de la situación deseada y volver a la situación actual.
Por mi parte, prefiero tomar ambos enfoques, empezando por uno u otro, no importa. Realizar el recorrido en un sentido y luego en el otro da elementos diferentes y complementarios.
Enfoque y cambio de sistemas
Al final de esta etapa, se traza la ruta. En cada una de las etapas, de manera sistémica, se definen diferentes elementos: con quién, dónde, cuándo, las operaciones a realizar, las habilidades, cualidades, medios a implementar, las creencias de ayuda, los valores y necesidades. satisfecho, la representación de la identidad asociada y el significado que se le da a la acción.
En este punto, el cambio como un proceso de pasar del "estado" A al "estado" B es claro. Los tomadores de decisiones tienen en sus manos todos los elementos que les permiten pronunciar un GO o un NO GO. ¿Vale la pena el juego? La relevancia de esta valoración depende en gran medida de la objetividad e imparcialidad con la que se lleven a cabo los pasos previos, de ahí la importancia de realizar el trabajo preliminar de manera colegiada y el interés por involucrar una perspectiva externa.
Impulsar el cambio
Los resultados de los tres pasos anteriores son todos datos de entrada para posteriormente diseñar el sistema de soporte, gestión del cambio.
El diseño de este dispositivo es para mí la segunda fase preparatoria para cualquier transformación. Se centra principalmente en dos ejes:
- los control del proceso de cambio,
- los motivación.
Apunta hacia definir los indicadores que garantizarán el buen funcionamiento de las operaciones.
En términos de motivación, el sistema de gestión del cambio se centra en las prácticas de comunicación y gestión. ¿Qué información se debe proporcionar y recopilar al principio y luego durante el proceso de cambio, a quién, con qué frecuencia y en qué forma? Es importante subrayar aquí que, en efecto, se trata de comunicación y no de difusión de información. La comunicación debe ser dinámica e interactiva.
En mi opinión, cualquier proceso de cambio debe estar asociado sistemáticamente a un proceso de comunicación formalizado y una línea de gestión clara y específica.
Estas fases preparatorias para cualquier cambio son fundamentales. El tiempo, la energía y los recursos que se les dedican, por supuesto, no son insignificantes, pero sin duda alguna con lo que sería necesario desplegar para corregir un proceso inadecuado y reparar sus consecuencias. Más vale prevenir que curar.